La UE y el Banco Mundial prometen 24.500 millones a Europa del Este
Bruselas dispone de otros 15.000 millones para apoyar a la región
ANDREU MISSÉ - Bruselas - 28/02/2009
Dos instituciones financieras de la UE, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) junto con el Banco Mundial prometieron ayer destinar 24.500 millones de euros para refinanciar a las entidades financieras del centro y Este de Europa, especialmente golpeadas por la crisis mundial. Estos fondos se concederán durante 2009 y 2010.
Los beneficiarios inmediatos serán los dueños de los bancos
Estas ayudas se suman a la financiación de 25.000 millones, la llamada facilidad de asistencia financiera, acordada por la Unión el pasado diciembre. De esa cantidad ya se han concedido 6.500 millones a Hungría y 3.100 a Letonia. La facilidad tiene por objetivo ayudar a los países con problemas en su balanza por cuenta corriente o de capitales.
El BEI proporcionará el paquete mayor, 11.000 millones de euros, aunque la mayor parte está ya incluido en el Plan de Recuperación de la UE del pasado noviembre. Un primer tramo de 2.800 millones se aprobará a finales de abril. Los bancos de la región recibirán 8.500 millones, con el compromiso de que financien a las pequeñas y medianas empresas y con la siguiente distribución: unos 4.400 millones para los nuevos Estados miembros; unos 1.900 millones para los países de los Balcanes occidentales, y 2.200 millones para Turquía.
El mandato del BEI no le autoriza a conceder préstamos a pequeñas y medianas empresas situadas en Rusia o en los países de la vecindad del Este, como Ucrania, Georgia y Bielorusia.
Los beneficiarios inmediatos de las ayudas a los nuevos Estados de la UE serán, sin embargo, determinadas instituciones financieras de Austria, Suecia e Italia, que son propietarios de importantes bancos del Este y Centro de Europa.
En el caso de Austria, la situación es especialmente delicada. Las inversiones de las entidades austríacas en la región equivalen al 80% del producto interior bruto de Austria. Especialmente afectados son Raiffeisen y Erstebank, que obtuvieron la mayor parte de sus ganancias en 2007 de sus inversiones en los países del Este y Centro de Europa. El vicecanciller y ministro de Finanzas de Austria, Josef Pröll, mostró su satisfacción por la ayuda y dijo que era "parte de nuestra campaña para contribuir a la estabilidad de la Europa central y del Este".
El BERD, constituido en 1991 para facilitar el tránsito a la economía de mercado de los países del Este, aportará 6.000 millones para fortalecer el capital de sus clientes en la región. Su presidente Thomas Mirow, recordó la responsabilidad de la entidad en la región y recordó que "la integración en Europa, (de los nuevos países) ha sido una fuente de beneficios mutuos y no podemos permitir que se agote el proceso".
El Banco Mundial propondrá a los consejos de sus respectivas entidades que concedan préstamos y garantías por un total de 7.500 millones de euros. El BM ha advertido que sería "una tragedia humana", volver a dejar que Europa se divida de nuevo después de su unificación en 1989, tras la caída del muro de Berlín.
La situación de solvencia financiera entre los países de la región es, sin embargo, muy dispar. Así, para Hungría todas las ayudas parecen pocas. Su primer ministro, Ferenc Gyurcsany, cuyo país ya ha recibido ayudas del FMI, del BM y de la UE, por un valor total de unos 20.000 millones, tenía previsto solicitar un nuevo paquete de ayudas de 100.000 millones. El acuerdo del BEI, BERD y BM, alcanzado ayer podría neutralizar en parte las aspiraciones de las autoridades magiares.
En el extremo opuesto se encuentra la República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la Unión. Los bancos checos han señalado que no precisan ayuda. La Comisión saludó ayer el acuerdo de los tres bancos institucionales porque "resolver y mitigar los efectos de la crisis es una responsabilidad compartida de todos los actores". Amelia Torres, portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios dijo que "todavía quedaba disponibles unos 15.000 millones de la facilidad para ayudar a los países en necesidad".
Bruselas dispone de otros 15.000 millones para apoyar a la región
ANDREU MISSÉ - Bruselas - 28/02/2009
Dos instituciones financieras de la UE, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) junto con el Banco Mundial prometieron ayer destinar 24.500 millones de euros para refinanciar a las entidades financieras del centro y Este de Europa, especialmente golpeadas por la crisis mundial. Estos fondos se concederán durante 2009 y 2010.
Los beneficiarios inmediatos serán los dueños de los bancos
Estas ayudas se suman a la financiación de 25.000 millones, la llamada facilidad de asistencia financiera, acordada por la Unión el pasado diciembre. De esa cantidad ya se han concedido 6.500 millones a Hungría y 3.100 a Letonia. La facilidad tiene por objetivo ayudar a los países con problemas en su balanza por cuenta corriente o de capitales.
El BEI proporcionará el paquete mayor, 11.000 millones de euros, aunque la mayor parte está ya incluido en el Plan de Recuperación de la UE del pasado noviembre. Un primer tramo de 2.800 millones se aprobará a finales de abril. Los bancos de la región recibirán 8.500 millones, con el compromiso de que financien a las pequeñas y medianas empresas y con la siguiente distribución: unos 4.400 millones para los nuevos Estados miembros; unos 1.900 millones para los países de los Balcanes occidentales, y 2.200 millones para Turquía.
El mandato del BEI no le autoriza a conceder préstamos a pequeñas y medianas empresas situadas en Rusia o en los países de la vecindad del Este, como Ucrania, Georgia y Bielorusia.
Los beneficiarios inmediatos de las ayudas a los nuevos Estados de la UE serán, sin embargo, determinadas instituciones financieras de Austria, Suecia e Italia, que son propietarios de importantes bancos del Este y Centro de Europa.
En el caso de Austria, la situación es especialmente delicada. Las inversiones de las entidades austríacas en la región equivalen al 80% del producto interior bruto de Austria. Especialmente afectados son Raiffeisen y Erstebank, que obtuvieron la mayor parte de sus ganancias en 2007 de sus inversiones en los países del Este y Centro de Europa. El vicecanciller y ministro de Finanzas de Austria, Josef Pröll, mostró su satisfacción por la ayuda y dijo que era "parte de nuestra campaña para contribuir a la estabilidad de la Europa central y del Este".
El BERD, constituido en 1991 para facilitar el tránsito a la economía de mercado de los países del Este, aportará 6.000 millones para fortalecer el capital de sus clientes en la región. Su presidente Thomas Mirow, recordó la responsabilidad de la entidad en la región y recordó que "la integración en Europa, (de los nuevos países) ha sido una fuente de beneficios mutuos y no podemos permitir que se agote el proceso".
El Banco Mundial propondrá a los consejos de sus respectivas entidades que concedan préstamos y garantías por un total de 7.500 millones de euros. El BM ha advertido que sería "una tragedia humana", volver a dejar que Europa se divida de nuevo después de su unificación en 1989, tras la caída del muro de Berlín.
La situación de solvencia financiera entre los países de la región es, sin embargo, muy dispar. Así, para Hungría todas las ayudas parecen pocas. Su primer ministro, Ferenc Gyurcsany, cuyo país ya ha recibido ayudas del FMI, del BM y de la UE, por un valor total de unos 20.000 millones, tenía previsto solicitar un nuevo paquete de ayudas de 100.000 millones. El acuerdo del BEI, BERD y BM, alcanzado ayer podría neutralizar en parte las aspiraciones de las autoridades magiares.
En el extremo opuesto se encuentra la República Checa, que ostenta la presidencia de turno de la Unión. Los bancos checos han señalado que no precisan ayuda. La Comisión saludó ayer el acuerdo de los tres bancos institucionales porque "resolver y mitigar los efectos de la crisis es una responsabilidad compartida de todos los actores". Amelia Torres, portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios dijo que "todavía quedaba disponibles unos 15.000 millones de la facilidad para ayudar a los países en necesidad".