lunes, 25 de noviembre de 2013

Sin palabras 82. Rechaza 13 millones de dólares por no cortarse la barba. Brian Wilson


¿Dinero o principios? El jugador de béisbol Brian Wilson no lo ha dudado y ha elegido la segunda opción. Tenía sobre la mesa una oferta de 13 millones de dólares para jugar en los Yankees de Nueva York, el mejor equipo de la liga, pero no ha dudado en rechazarla debido a que iba a cumplir una de las premisas del contrato.
En la década de los 70, el dueño del equipo quiso mejorar la imagen de los Yankees y puso como norma quelos jugadores tendrían prohibido llevar barba, perilla o patillas largas. Como mucho les estaría permitido tener un bigo bien recortado.
Uno de los signos más característicos de la imagen de Brian Wilson es su frondosa barba, algo a lo que no piensa renunciar ni por todo el oro del mundo. Ya en su día rechazó un millón de dólares de una empresa de cuchillas de afeitar para que lo hiciese, y ahora el gerente de los Yankees ha confirmado este segundo 'no': "Puedo descartar a Brian Wilson. Eso se me dijo durante las conversaciones, ya que no tiene para nada previsto el afeitarse la barba".
Fuente: http://www.grada360.com/mas-deporte/20131122/cambia-barba-millones-dolares-201311220929-g3.html

viernes, 15 de noviembre de 2013

Contraespionaje de dos gatos siameses


El pasado mes de octubre, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia llamó a consultas al embajador de Holanda, Ron van Dartel, para pedirle explicaciones por el ataque y detención que había sufrido un diplomático ruso en La Haya. Incluso el presidente ruso Vladímir Putin exigió disculpas amparándose en la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, que prohibía la entrada en las residencias de los diplomáticos… supongo que Putin no recordará lo que ellos hicieron ese mismo año en la Embajada de Holanda.
En plena Guerra Fría pocos escapaban a los largos tentáculos de la CIA o la KGB, incluso países aparentemente ajenos a aquella guerra soterrada eran objetivos del espionaje de las dos potencias… como el caso de la Embajada de Holanda en Moscú.


En 1961, el embajador Henri Helb tenía dos gatos siameses que campaban a sus anchas por las dependencias de la Embajada de Holanda. Mientras Henri trabajaba en su despacho, los gatos dormían plácidamente sobre un sillón pegado a una de las paredes. Algo sobresaltó a los gatos porque se despertaron y comenzaron a arañar la pared. El embajador, pensando que sería algún roedor, pegó la oreja a la pared pero no escuchó ningún ruido que pudiese confirmar sus sospechas. Cogió a los gatos y los intentó calmar acariciándolos, pero en cuanto los dejó volvieron a arañar en el mismo punto. Algo había detrás de la pared que les irritaba. Ante la insistencia de sus mascotas, decidió llamar a unos operarios para que averiguasen qué misterio escondía aquella pared. La sorpresa fue mayúscula cuando encontraron un micrófono oculto. Los gatos, gracias a su fino oído que puede captar frecuencias de hasta 25.000 Hz (el umbral de audicion del oído humano está en unos 20.000 Hz), habían detectado el micrófono de la KGB. Tras este primer descubrimiento, Henri Helb ordenó que se rastrease todo la Embajada… se descubrieron 30 micrófonos en total. En lugar de retirarlos, se hizo un informe de la localización exacta de los aparatos de escucha y se entregó una copia a todos los miembros del cuerpo diplomático. De esta forma, serían ellos los que filtrarían la información a los rusos según su propio interés.
Fuente: http://historiasdelahistoria.com/2013/11/13/los-gatos-que-descubrieron-los-microfonos-ocultos-de-la-kgb

sábado, 9 de noviembre de 2013

Cafés más tradicionales y emblemáticos del mundo


Un listado de 15 de los cafes más pinterescos del mundo. Se aceptan nuevas sugerencias.

1. Café Europa, Praga: Con estilo art noveau, este café de 1906 se ubica sobre la Plaza Wenceslao, escenario de hechos históricos como la Primavera de Praga. Su interior es deslumbrante aunque lo ideal es sentarse en las mesitas exteriores, con vista a los canteros verdes del histórico boulevard. Su fachada, amarilla, adornada con figuras doradas y balcones, recuerda al esplendor de los viejos hoteles europeos. Conserva mostradores, espejos y lámparas originales de cuando el bar era la recepción de un hotel. Se sirven los mejores cafés y tés sobre impecables manteles blancos.
2. Café Hawelka, Viena: Ubicado en el Distrito 1, Leopold y Josefine Hawelka lo abrieron en 1939 y preparaban el café en una cocina a leña. En los '50 se convirtió en punto de encuentro de artistas y escritores como Arthur Miller y Andy Warhol. Más allá del café, su especialidad son los Buchteln, unos bollos de mermelada y de azúcar que ahora son cocinados por la segunda generación de la familia. Su fachada, despojada y pulcra, y las sillas Thonet haciendo juego con las mesas de mármol, remiten a una postal de la Viena antigua. Diseñado por el célebre Adolf Loos.
3. Quadri, Venecia: Fue el primero en ofrecer el café a la turca y hoy es uno de los puntos privilegiados desde donde contemplar la ciudad. Bajo los arcos de la piazza, fue abierto por Giorgio Quadri en 1775 en un contexto de gran competencia porque, de los más de 200 cafés, muchos estaban en San Marcos. En verano, hay música clásica al aire libre. Y tomar un café vale mucho.
4. Els Quatre Gats, Barcelona: Abrió en 1897 como cervecería, restaurante y cabaret y está en un edificio de corte modernista. En paralelo a su corta vida como cabaret, hasta 1903, tuvo gran movida artística que incluía publicación de revista más exposiciones de arte de Pablo Picasso, quién dibujó las tapas de los menúes. Funcionó como sala musical y literaria y hoy es un restaurante donde se puede también disfrutar de un buen desayuno con café.
5. Les Deux Magots, París: Recordemos que el primer café del mundo, Le Procope, abrió en París en 1686. Y, con ese antecedente, Les Deux Magots se convirtió en especialista de desayunos de croissants. Situado en el barrio Saint Germain des Pres abrió en 1885 y, un detalle que habla de su elegancia, los mozos continúan vistiendo trajes con moño negro. Los artistas y literatos que vivieron o pasaron por París estuvieron aquí: Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Ernesto Sábato, Pablo Picasso.
6. Cafe Einstein, Berlín: En el mítico paseo Unter den Linden, este café de fines del siglo XX, tiene un encantador jardín, café de primer nivel y un ambiente confortable con mesas de mármol, sillones y un gran ventanal desde el cual apreciar los paisajes que incluyen a la Puerta de Brandenburgo. Además de diarios de todos los continentes, en el Einstein uno puede encontrarse con políticos, artistas, periodistas. ¿Su especialidad? Sin dudas, el Apfelstrudel (strudel de manzanas).
7. Café Schiller, Amsterdam: Intimo y con un bonito interior art decó, este café fue muy popular en los años ?20 y '30. Está en Rembrandtplein, uno de los puntos más animados de Ámsterdam, su diseño es elegante pero simple y su estilo remite a las librerías o bibliotecas de época. Aún preserva el brillo que lo distingue desde 1892.
8. Maison Bertaux, Londres: En el Soho londinense, este pastelería donde venden café es una de las más antiguas de la ciudad. Data de 1870, y su fachada azul con toldo rayado persiste intacta en la Greek Street. En su interior se respira cierta bohemia, con telas de tul rosa, lámparas de pared, piano y mesas de madera oscura. Sus hits son las tarteletas de crema y frutillas, las perfumadas tortas de chocolate y frutas y los macarrones de coco.
9. Café A Brasileira, Lisboa: Si bien en Lisboa el café se sirve de muchas formas, la más pedida es uma bica, una taza de café bien fuerte. Abierto desde 1905 en Chiado, tiene una antigua decoración de madera tallada y seguro siempre haya un turista fotografiándose con la estatua de Fernando Pessoa, uno de los poetas portugueses más famosos y el más célebre habitué de este pintoresco café. El rumor dice que aquí se inventó la bica, un bizcochuelo de canela, y que pedir el café en la barra es más barato. Y la delicia es el pastéis de Belém.
10. New York Café, Budapest: Situado en la planta baja del hotel Boscolo, uno de los más importantes de la capital húngara, el fastuoso New York Café deslumbra con sus pisos, enormes espejos y ventanales, esculturas doradas que sobrevuelan por el cielorraso y extravagantes columnas. Desde 1894, el plan ideal es visitar sus amplios salones y degustar un café acompañado de la torta dobos.
11. Cafe Lalo, Nueva York: No porque Meg Ryan y Tom Hanks hayan rodado aquí alguna escena de "Tienes un e-mail", sino por su excelente servicio y ambiente acogedor, Café Lalo es un rincón recomendable para quienes buscan deleitarse con alguna delicatesen y en un ambiente distendido con jazz de fondo. En el West Side Manhattan, a pocas cuadras del Central Park, sirven muy buen café y, para los golosos, se ofrecen ¡50 tipos de tortas y 25 variedades de cheescake!
12. Confitería Colombo, Río de Janeiro: Los tranvías apenas cabían en las estrechas calles de Río, cuando en 1894 dos socios abrieron la confitería más lujosa del país. Con aires parisinos y londinenses, sus espejos, mármoles y cristaleros de 6 metros deslumbran, como en un antiguo cuento infantil, con sus estantes llenos de tortas, postres y dulces. Lugar de trabajo y encuentro de políticos, poetas y artistas todos llegan para probar los casadinhos, unas galletitas rellenas con dulce de leche.
13. Café Brasilero, Montevideo: En la calle Ituzaingó de la Ciudad Vieja desde 1877, lo mejor de tomar un café aquí es rodearse de su estilo art noveau de brillantes luces, madera, fotos, pinturas y afiches. La carta incluye un café con el nombre de Eduardo Galeano, habitué del Brasilero, que lleva café, leche condensada, canela y cacao. La historia del Brasilero es la de muchos otros de Montevideo, como el Sorocabana o el Tupí Namba, pero con mejor suerte: cerrado más de una vez, casi demolido y restaurado, volvió a abrir en 2008.
14. Sanborns, Ciudad de México: La Casa de los Azulejos en 1919 ya era catalogada como el café y restaurante más elegante de México. Con fachada de azulejos de colores y balcones, esta casona del siglo XVI en el centro histórico del DF, es uno de los íconos barrocos del país. Su interior incluye patio morisco, escalera descomunal y el mural del artista José Clemente Orozco. Durante la Revolución mexicana fue sede de la Casa del Obrero Mundial y, a pesar de que se convirtió en cadena, el servicio sigue siendo excelente y los rollos de canela y nuez no perdieron su exquisito sabor.
15. Bar Unión, Santiago, Chile: Un clásico de la ciudad, el Bar Unión reúne oficinistas, intelectuales e incansables jugadores de dominó y dados. En el nro. 11 del callejón se caracteriza por las mesas de madera y la barra en la que, más que café, se bebe borgoña helado con frutillas. No es un sitio lujoso pero consta de un clima distendido y una buena dosis de historia que se mezcla con las melancólicas polémicas de quienes se dan cita para discutir la mejor manera de arreglar el mundo.
Fuente: 

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