viernes, 6 de marzo de 2009

Y después nuestros hijos se quejan


Francia sigue conmocionada por el caso de los padres que encerraron por años en un cuarto a su hijo.
La policía detuvo ayer a los progenitores de Dylan, que estuvo confinado en una habitación solamente con una cama y un oso de peluche en una casa del pueblo de Millau.

PARIS - Un nuevo escándalo de maltrato infantil estremeció esta semana a Francia, cuando la policía descubrió a un niño de 7 años, golpeado a diario, que vivía encerrado por sus padres en una pieza completamente vacía, donde dormía en un colchón empapado de orina con un oso de peluche como único juguete.
"El niño vivía desde hace varios años en peores condiciones que en una cárcel", afirmó Patrick Desjardins, procurador de Millau (en el sur de Francia). "El abandono total del pequeño llegaba a un punto extremadamente grave y raro", precisó.
Los padres de Dylan, un albañil de 42 años y su mujer de 35, fueron inculpados y detenidos "por privación de cuidados por ascendencia", "no respeto de obligación escolar", y, en el caso del padre, "violencias permanentes contra un menor".
Declarado cuando nació, Dylan jamás fue a la escuela. Según los vecinos, de vez en cuando salía al jardín, pero pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en su "habitación". Los castigos físicos eran cotidianos, según la policía. "Era un niño difícil", se habría justificado el padre ante los investigadores. Lo cierto es que, durante años, nadie se dio cuenta de nada.
En diciembre de 2007, la pareja tuvo un segundo varón. Los servicios sociales comenzaron entonces a interesarse por la pareja, que nunca respondió a sus numerosas convocatorias. Debido a la falta de reacción, fue alertada la Protección Maternal Infantil y, en agosto de 2008, la jueza de niños de la ciudad de Rodez que actuó de oficio y comenzó a investigar el caso con mayor profundidad.
Según el procurador, se respetaron escrupulosamente los procedimientos establecidos por la ley para este tipo de casos. Eso fue lo que permitió que, el martes, la policía pudiera entrar en la casa y encontraran a Dylan. "Un niño terriblemente debilitado físicamente, manifiestamente inteligente, pero sin ninguna educación", precisó el procurador Desjardins.
La justicia puso al niño al abrigo en el seno de una familia de sustitución, al igual que a su hermanito que, felizmente, no habría sido maltratado.

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