La foto de la izquierda muestra al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill I, luciendo un peluco de alta gama, valorado en unos 25.000 euros. La de la derecha apareció en la página web de la citada iglesia, retocada con un discreto alargado de la manga. Lástima que al retocador se le olvidara eliminar también el reflejo del reloj en la mesa, que debían de haber frotado con Pronto minutos antes de la entrevista.
La imagen retocada ha generado una gran controversia en Rusia, país en el que la Iglesia Ortodoxa va consiguiendo inéditas cuotas de poder y, al igual que su prima católica en Occidente, predica la austeridad mientras practica el despilfarro.
La imagen retocada fue descubierta por blogueros rusos, que se apresuraron a denunciar la hipocresía de la iglesia y de su patriarca Kirill, quien presuntamente también tiene un yate privado y es asiduo en las psitas de esquí de Suiza. El patriarca, el equivalente al Papa en la Iglesia Ortodoxa, además mintió en una entrevista al afirmar que jamás había llevado semejante reloj, marca Breguet, aunque hay imágenes en las que aparece con el mismo durante una visita a Ucrania en 2009.
Días después, la organización religiosa no tuvo más remedio que enmendar las palabras de su líder y reponer en la página web la imagen original, luciendo peluco. La iglesia culpó del “error técnico” a su servicio de prensa, al tiempo que anunciaba “una investigación” tras la que “el culpable sería castigado severamente”.
La Iglesia Ortodoxa está recuperando su lugar preeminente en la sociedad y la política rusa tras los 70 años de comunismo. Muchos críticos consideran incluso que actúa como una división del gobierno ruso. Como muestra un botón (dorado): el patriarca Kirill apoyó públicamente a Vladimir Putin en las pasadas elecciones presidenciales.
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