Si algo hay que reconocerles a los cárteles mexicanos es su imaginación, al menos a la hora de distribuir sus cargamentos de droga. Después de intentar burlar la vigilancia de las autoridades con tanques caseros, submarinos artesanales, avionetas, catapultas medievales o kilométricos túneles por debajo de la frontera, ahora los narcos han decidido introducir marihuana en Estados Unidos a cañonazos desde México.
Los agentes del Servicio de Aduanas de Estados Unidos recibieron el pasado viernes la llamada de un agricultor de San Luis, Arizona, que les informó de la presencia de un montón de envases metálicos sospechosos en medio de su terreno de cultivo. Allí encontraron 33 latas con cannabis en su interior que habían sido disparadas con un cañón neumático desde Baja California hacia el otro lado de la frontera.
Cada paquete contenía 1,1 kilos de droga y “fueron lanzados a una distancia de 150 metros desde territorio mexicano, donde se encontró un tanque de dióxido de carbono”, según ha explicado Kyle L. Estes, portavoz de la patrulla fronteriza de Estados Unidos. En total, se han decomisado 38,5 kilogramos de marihuana, que de haber llegado a las calles estadounidenses podría haber alcanzado un valor de mercado cercano a los 40.000 euros.
Planes imposibles
Este punto de la frontera entre Estados Unidos y México es uno de los preferidos por los narcotraficantes para poner en marcha los planes más rocambolescos para introducir droga en Estados Unidos. A finales de octubre, en esa misma zona, agentes encontraron un vehículo Jeep que narcotraficantes dejaron encajado justo encima del muro fronterizo.
Casi dos años antes, en enero de 2011, una patrulla de militares mexicanos avisada por autoridades estadounidenses encontró en la zona de Agua Prieta, Sonora, varias catapultas con las que los narcotraficantes lanzaban paquetes por encima del muro fronterizo hacia el territorio de Arizona.
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