Un agente comercial que decía actuar en nombre de varias compañías españolas en Ucrania se hizo pasar esta semana por representante de Gas Natural Fenosa y firmó un acuerdo con el Gobierno del país valorado en 1.100 millones de dólares (850 millones de euros) para la construcción de una planta de gas natural licuado (GLN) en el Mar Negro.
El caso no solo ha provocado un desmentido categórico de la compañía española, sino también un escándalo político en Ucrania y todo tipo de suspicacias en Rusia, de cuya dependencia energética pretendía desmarcarse Kiev con el contrato.
La importancia del acuerdo mereció la presencia del primer ministro ucraniano, Mykola Azrov, y de su ministro de Energía en el acto de la firma, rubricada por un supuesto representante de Gas Natural Fenosa llamado Jordi Sardà Bonvehi.
El agente comercial, que actuaba al margen de la compañía española, anunció incluso la presencia de una delegación de la empresa que nunca llegó a aterrizar en Ucrania, según Interfax y otras agencias internacionales.
Gas Natural Fenosa, que desde el primer momento negó que tuviese previsto firmar ningún acuerdo en Ucrania, ha emitido un comunicado en el que ratifica que no tiene "ningún contrato para invertir en el proyecto de una planta de GNL" en el país "ni lidera ningún consorcio para el desarrollo del citado terminal".
La compañía podría emprender además acciones legales contra la persona que actuó en su nombre. "Esta persona no representa a la compañía, por lo que Gas Natural Fenosa se reserva todas las acciones legales que puedan ser precisas, una vez se esclarezca completamente la situación", asegura.
El incidente ha llegado a la prensa económica internacional, que ironiza con el error de las autoridades ucranianas y el "negociador español". "Las cosas fueron terriblemente mal para Ucrania", que "intentaba demostrar a la rusa Gazprom que Kiev actúa rápido para construir su primera planta de GNL y tiene grandes apoyos, lo que le da además firmeza en sus negociaciones sobre los precios del gas", asegura 'Financial Times'.
Las autoridades ucranianas han indicado que pensaban que Jordi Sardà Bonvehi tenía poderes para firmar, al tiempo que este agente comercial ha reconocido ante los medios locales que ha cometido un error.
El Gobierno ucraniano ha reaccionado al incidente insistiendo además en que construirá su primera terminal de GNL en el Mar Negro y que logrará en poco tiempo abastecerse de gas a un precio inferior al combustible importado desde Rusia.
El coordinador de la agencia ucraniana de inversión nacional, Vitaly Demyaniuk, ha anunciado que el "malentendido" no afectará al proyecto, que ya se ha puesto en marcha y que cuenta con el interés de una empresa estadounidense, Excelerate Energy.
Sobre Sardà Bonvehi, Demyaniuk ha dicho que "no trabaja" para Gas Natural Fenosa y que es "un representante comercial" especializado en empresas españolas en el país.
Mientras, el líder en el Parlamento del principal grupo de la oposición, Serhiy Sobolev, ha lamentado el "fraude" de este contrato "con personas inexistentes" y ha reclamado una "investigación detallada".
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