Cómo operaba el "Madoff del arte" que estafó a Robert De Niro y John Mc Enroe
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Lawrence B. Salander era el dueño una galería de arte a la que una reputada revista calificó como la mejor del mundo en 2003. Su modus operandi
Era uno de los comerciantes de arte más prestigiosos de Nueva York. Vivía en un edificio de seis pisos en el prohibitivo Upper East Side de Manhattan. Disponía de jet privado y contaba con una galería de arte a la que una reputada revista calificó como la mejor del mundo en 2003.
Probablemente Lawrence B. Salander coincidió en alguna fiesta benéfica o cena de gala con Bernard Madoff. Quizá se dieron la mano y cruzaron alguna palabra. Lo que es seguro es que ambos pasarán un buen tiempo entre rejas lejos del lujoso barrio de la Gran Manzana, por donde se movían rodeados de lujo. Y por el mismo motivo: estafar a sus clientes, muchos de ellos famosos y de ricas familias, gracias a su inmaculada reputación.
A Salander ya le han apodado el "Madoff del arte", aunque más bien sería un aprendiz del famoso financiero. Según informa el diario El País de España, este galerista de 59 años fue detenido el jueves en su mansión al norte de Nueva York acusado de haber robado 88 millones dólares (aunque podrían ser más de u$s100 millones) a inversores, coleccionistas y artistas que depositaron en él no sólo su confianza, sino también su dinero y sus obras de arte.
Salander operaba desde su prestigiosa galería del Upper East Side, desde donde llegó a vender la misma pintura a tres personas distintas. A sus artistas e inversores les prometía jugosas ganancias.
El fiscal del distrito de Manhattan, Robert Morgenthau, lo ha acusado de 100 cargos, relacionados en su mayoría con el fraude y la falsificación. El intermediario habría estafado a 26 personas desde 1994, entre ellos, el tenista John McEnroe, según consigna el medio ABC de España.
Un galerista hecho a sí mismo
Salander contaba con una reputación de 40 años en el mercado del coleccionismo de arte. Establecido con una tienda en el barrio neoyorquino del Greenwich Village en 1969, el galerista fue ganándose el prestigio hasta que, en 2005, su comercio, Salander-O'Reilly Galleries, ocupaba unas amplias dependencias en la calle 71 Este, en pleno Upper East Side, una de las zonas más adineradas de Manhattan, por las que pagaba dos millones de dólares al año en concepto de alquileres.
Salander convirtió su nombre en sinónimo de arte bueno y variado. Su catálogo abarcaba desde las pinturas del Renacimiento y John Constable hasta artistas contemporáneos como el desaparecido Robert de Niro padre, Stuart Davis (en la imagen que se muestra a continuación), Ralston Crawford y Elie Nadelman.
Las exposiciones que organizaba tenían un nivel propio de un museo de vanguardia. De hecho, en octubre del año pasado estaba preparando su muestra 580, Masterpieces of Art: Five Centuries of Paintings & Sculpture, cuando un juez de Nueva York ordenó el cierre de la galería después de que ésta recibiera un número creciente de demandas de coleccionistas e inversores.
El galerista alegó entonces: “Las demandas las están interponiendo amigos míos o gente a la que consideraba amigos, a todos los cuales he pagado la obras que he vendido para ellos". Sólo un mes después, Salander se declaró en quiebra.
Su modus operandi
Este “Madoff del arte” del arte estafó a 26 víctimas "vendiendo obras de arte que no poseía y quedándose con el dinero, y captando fondos de inversores hacia oportunidades de inversión fraudulentas", dijo el fiscal.
Su sistema de negocio ha sido comprado con el esquema de Ponzi, que consiste en tomar el dinero de nuevos inversores para pagar beneficios a los más antiguos. Un sistema fraudulento con el que Madoff estafó 50 mil millones de dólares.
Los investigadores del caso retrataron a Salander como un "maestro manipulador", que se servía de su prestigio para captar a nuevas víctimas, tras el parapeto de su lujosa galería de la calle 71, de cuyas paredes colgaban cuadros del padre del actor Robert de Niro, fallecido en 1993, con quien las autoridades ya se han puesto en contacto.
En efecto, Robert De Niro denunció que Salander vendió 12 obras de su padre sin su consentimiento.
Salander operaba en dos vías:
-Por una, vendía obras de arte de las que no era propietario y se quedaba con el dinero. Para la venta, Salander tomaba las obras de artistas vivos (o muertos) y las vendía por debajo de los precios autorizados por sus propietarios. Incluso algunas piezas se vendían sin el conocimiento ni la autorización de los propios artistas o herederos. Es lo que le ha sucedido a Robert de Niro.
- Por la otra vía, convencía a varios inversores para que le entregaran grandes sumas de dinero - en operaciones fraudulentas - según consta en el comunicado de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, Robert Morgenthau.
Por este camino, ejecutaba la siguiente estafa:
Solía decirle a un posible cliente que había comprado una obra de arte por 500.000 dólares
Y que tenía un comprador para la misma, interesado en pagar un millón
A cambio de 250.000 dólares, ofrecía al inversor una participación del 50% en la propiedad de la obra
Asegurándole que tras la fabulosa venta recibiría 500.000 dólares, es decir el doble de su aporte inicial
Esto último, no solía suceder. Y así, con estos engaños millonarios, se manejó durante 13 años.
Su fastuoso estilo de vida
A Salander le gustaba vivir a lo grande. Una de sus debilidades era viajar en su propio avión privado. El ambiente del arte neoyorkino tampoco se olvida la fiesta de cumpleaños que hizo en el museo de la Frick Collection, a un paso de su segunda galería la de la calle 71, que le costó 60.000 dólares.
Cuando las cosas le empezaron a ir mal tampoco parecía demasiado preocupado o dispuesto a cambiar de estilo de vida. Algunos recuerdan que, mientras se gastaba medio millón de dólares en joyas en Sothebys, le decía a sus clientes que no les podía pagar el dinero que les había prometido por vender sus pinturas.
Pero hace 16 meses tocó fondo y se declaró en bancarrota. Las demandas habían empezado a acumularse en su contra, al mismo tiempo que las deudas ya no eran agujeros que pudiera tapar.
Según los investigadores, Salander y su familia vivían actualmente con los 25.000 dólares que les pasaba cada mes un benefactor, que tenía pensado comprar su mansión en Millbrook, al norte de Nueva York, por 5.1 millones de dólares y dejarles seguir viviendo allí.
Mc Enroe lo puso match point
En el caso de John McEnroe, uno de los más talentosos tenistas de todos los tiempos, éste creyó que en octubre de 2003 estaba comprando una participación del 50% en dos pinturas del expresionista abstracto Arshile Gorky, por 2 millones de dólares. Pero poco tiempo después el tenista se enteró de que los cuadros estaban en manos de otro marchant y lo encaró a Salander, quien pudo salvar el enredo vendiéndole sólo una de las pinturas.
Pero en 2008, otro cliente de este Madoff a pequeña escala reclamó la propiedad de esa misma pintura, llamada Pirate II. Por si fuera poco, la trama va más allá porque Salander había presentado estas dos obras como garantía para un préstamo bancario por dos millones de dólares en el Bank of America, sabiendo que ninguna de ellas le pertenecía ni a él, ni parece quedar muy claro a quién.
El fiscal del distrito señaló que los Gorky no son las únicas obras que vendió sin ser el dueño. "Era una maestro vendiendo. La gente confiaba en él, y así, logró vender la misma obra a dos o tres personas. Cuando no podía pagar, siempre tenía alguna excusa", declaró el fiscal Morgenthau a The New York Times.
Salander llegó incluso a amenazar con demandar en los tribunales a algunos clientes y allegados que cuestionaban algunas de sus prácticas. Así fue ganando tiempo, esquivando las acusaciones y tapando agujeros.
Entre los afectados se encuentra también Hester Diamond, viuda del comerciante de arte neoyorquino Harold Diamond y madre de Mike D del grupo de rap The Beastie Boys, quien perdió 6 millones de dólares.
El fin de un sueño
Ahora se enfrenta a una pena de 25 años en prisión si es declarado culpable de hurto a gran escala. El jueves entró en la sala del juzgado esposado y sin afeitar. Su esposa Julie y uno de sus hijos estaban presentes. Él se declaró “no culpable”.
El magistrado le impuso una fianza de un millón de dólares y fijó dos condiciones en caso de que la pagara: la retención del pasaporte y la prohibición de salir del estado de Nueva York.
Durante la vista, la ayudante del fiscal lo atacó sin tregua. "Durante una década mintió y robó millones a la gente que había confiado en él". Entre sus víctimas figuran, según la acusación, Renaissance Art Investors, una empresa especializada en inversiones en el sector que le confió 42 millones de dólares, y los herederos del pintor Stuart Davis, que perdieron 6.7 millones, y que habían sido clientes suyos desde hacía años.
Lo que muchos se preguntan es cómo se ha tardado tanto en descubrir la trama. Quizá Bernard Madoff tenga alguna pista.