El pueblo cuenta con 21 construcciones, cuadras para caballos, piscina y cancha de tenis.
Su comprador es el fotógrafo coreano Ahae, quien buscaba un lugar para poner en práctica sus "conceptos de estilo de vida orgánica" y aseguró que hará todo lo "posible para permitir que la naturaleza se desarrolle como debería hacerlo, sin interferencia del hombre o de actividades humanas".
El dueño anterior lo había adquirido en 2003 para rehabilitarlo y transformarlo en complejo hotelero, antes de quebrar y quedar debiéndole 650.000 euros al banco, lo que motivó esta subasta.
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