El aeropuerto de Castellón no tiene aviones, pero sí acumula onerosos contratos. Según la última licitación publicada ayer por el Boletín Oficial del Estado (BOE), el aeródromo contratará un servicio de seguridad privada por el que está dispuesto a pagar hasta 5,5 millones de euros. Todo pese a que la instalación aún no cuenta con los permisos de vuelo y no opera. Corría el 25 de marzo y los entonces presidentes de la Generalitat, Francisco Camps, y de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, lo inauguraban sin haber solicitado siquiera su puesta en marcha. Sólo para que los ciudadanos pudieran pasear por las pistas.
El portavoz de Iniciativa en Castellón, Carles Mulet, ha lamentado este jueves que el aeropuerto se haya convertido en una "reserva de fauna" y la provincia en el "sainete" del Estado, y ha afirmado que cada día que pasa "el fracaso del aeropuerto está haciendo un daño irreversible a la propia imagen de Castellón de cara al exterior".
"La invasión de conejos en las instalaciones ha sido objeto de burla de medios de comunicación de todo el Estado, y eso tiene un responsable directo, Carlos Fabra como promotor del disparate, y el daño que genera a Castellón será muy difícil de corregir", ha añadido en un comunicado.
Para Mulet, "de aeropuerto peatonal se ha convertido en una especie de reserva de fauna, un bioparque de secano, donde, entre conejos, hurones y halcones, ya sólo faltaba la gigante estatua de Carlos Fabra que Ripollés ya está planificando en la entrada de este zoológico".
La diputada de Compromís Mireia Mollà ha formulado una pregunta escrita al Consell respecto a los daños que han ocasionado los conejos en el aeropuerto y qué medidas piensa adoptar el Gobierno valenciano para solucionar el problema.
"La invasión de conejos en las instalaciones ha sido objeto de burla de medios de comunicación de todo el Estado, y eso tiene un responsable directo, Carlos Fabra como promotor del disparate, y el daño que genera a Castellón será muy difícil de corregir", ha añadido en un comunicado.
Para Mulet, "de aeropuerto peatonal se ha convertido en una especie de reserva de fauna, un bioparque de secano, donde, entre conejos, hurones y halcones, ya sólo faltaba la gigante estatua de Carlos Fabra que Ripollés ya está planificando en la entrada de este zoológico".
La diputada de Compromís Mireia Mollà ha formulado una pregunta escrita al Consell respecto a los daños que han ocasionado los conejos en el aeropuerto y qué medidas piensa adoptar el Gobierno valenciano para solucionar el problema.
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