¿Por qué a Hitchcock le llamaban Cocky?
Alfred Hitchcock fue, sin ninguna duda, un hombre de gran talento. Su fértil y morbosa imaginación, asociada a un don especial para promocionarse a sí mismo sin hacerse simpático, le procuró una carrera exitosa y un gran poder en el mundo del cine. Pero Cocky (literalmente, “pichita”) tenía una debilidad: las rubias. Y cuanto más bellas y frías mucho mejor. Así que abusó de sus actrices todo lo que pudo, utilizando su poder como director.
Su acoso a Ingrid Bergman fue notorio, pero se dice que la actriz sueca le supo torear hasta que Roberto Rossellini la liberó de aquel pesado. Entonces puso cerco a Grace Kelly, con la que al parecer convino una recompensa final a cambio de dejarla en paz (relativamente) durante un rodaje. Dicha recompensa consistió en una sesión privada de desnudo integral.
Cierta noche, a una hora determinada, la actriz hizo lo mismo que hacía diariamente, desnudarse para meterse en la cama. Pero aquella noche olvidó cerrar las cortinas de su alcoba mientras Cocky, que vivía a unos centenares de metros, probaba su nuevo telescopio. Cuando la Kelly se convirtió en princesa, Hitchcock buscó una nueva musa en la actriz Tippi Hedren, a la que maltrató y acosó hasta sacarla de sus cabales. Una tarde se presentó en su camerino y le exigió tener relaciones allí mismo, amenazándola con arruinarla para siempre si no cedía. Ella dijo no y él se abstuvo de dirigirle la palabra durante el resto del rodaje. Un día, la hija de Tippi, una niña llamada Melanie a quien todos conocemos por el apellido Griffith, recibió un regalo del tío Alfred: una bonita muñeca dentro de una curiosa caja. La muñeca era una copia exacta de su mamá tal como aparecía en Los Pájaros. La caja era, más bien, un ataúd
Alfred Hitchcock fue, sin ninguna duda, un hombre de gran talento. Su fértil y morbosa imaginación, asociada a un don especial para promocionarse a sí mismo sin hacerse simpático, le procuró una carrera exitosa y un gran poder en el mundo del cine. Pero Cocky (literalmente, “pichita”) tenía una debilidad: las rubias. Y cuanto más bellas y frías mucho mejor. Así que abusó de sus actrices todo lo que pudo, utilizando su poder como director.
Su acoso a Ingrid Bergman fue notorio, pero se dice que la actriz sueca le supo torear hasta que Roberto Rossellini la liberó de aquel pesado. Entonces puso cerco a Grace Kelly, con la que al parecer convino una recompensa final a cambio de dejarla en paz (relativamente) durante un rodaje. Dicha recompensa consistió en una sesión privada de desnudo integral.
Cierta noche, a una hora determinada, la actriz hizo lo mismo que hacía diariamente, desnudarse para meterse en la cama. Pero aquella noche olvidó cerrar las cortinas de su alcoba mientras Cocky, que vivía a unos centenares de metros, probaba su nuevo telescopio. Cuando la Kelly se convirtió en princesa, Hitchcock buscó una nueva musa en la actriz Tippi Hedren, a la que maltrató y acosó hasta sacarla de sus cabales. Una tarde se presentó en su camerino y le exigió tener relaciones allí mismo, amenazándola con arruinarla para siempre si no cedía. Ella dijo no y él se abstuvo de dirigirle la palabra durante el resto del rodaje. Un día, la hija de Tippi, una niña llamada Melanie a quien todos conocemos por el apellido Griffith, recibió un regalo del tío Alfred: una bonita muñeca dentro de una curiosa caja. La muñeca era una copia exacta de su mamá tal como aparecía en Los Pájaros. La caja era, más bien, un ataúd
No hay comentarios:
Publicar un comentario