lunes, 7 de septiembre de 2009

no hay negocios rentables

Islas Caimán, Un paraíso fiscal, acosado por el fantasma de la bancarrota
Por paradójico que resulte, se está acabando el dinero en uno de los oasis para millonarios y ya sugieren introducir impuestos para evitar la quiebra
Aunque las palabra bancarrota no encaja con el estereotipo que evocan las Islas Caimán, esta es una realidad cada vez más cercana para el archipiélago caribeño. Lejos de la arena blanca y las aguas azul turquesa, los paraísos fiscales, el enriquecimiento y las empresas fantasma, los problemas financieros de la isla se fueron tornando en algo muy concreto.
Por paradójico que resulte, se está acababando el dinero en este oasis para millonarios y, lo que es más extraño aún, se habla de introducir impuestos para evitar la quiebra.
La crisis global también ha llegado a este territorio británico de ultramar, situado trescientos kilómetros al sur de Cuba, algo predecible si se tiene en cuenta que su capital, George Town, es considerada el quinto centro financiero del mundo.
El archipiélago cuenta sólo con 52.000 habitantes, pero es sede de miles de compañías, bancos y fondos de inversión de riesgo. La mayoría de estos negocios han resultado afectados por la crisis. Además, a los propios problemas de estas empresas se sumaron las presiones externas: las Islas Caimán fueron incluídas en la "lista gris" de paraísos fiscales durante la pasada cumbre de países del G20, lo que no resultó beneficioso para la imagen ni los negocios. .......



Es así que el archipiélago caribeño atraviesa dificultades y Londres, "su hermana mayor", se niega a ayudarlas. A la vista de las deudas significativas registradas en el pasado año fiscal, las Islas Caimán deben contar con la autorización del gobierno británico para contraer nuevas deudas. Pero éste se niega a aceptar que pidan prestados u$s372 millones locales (unos u$s457 millones estadounidenses).

Y tampoco ha autorizado los u$s30 millones locales que hubieran necesitado para pagar salarios y subcontratados durante el mes de septiembre.

El secretario de Estado del ministerio británico de Hacienda, Chris Bryant, advirtió a los líderes de la isla de la necesidad de controlar el déficit antes de contraer más deuda. "Me temo que no tienen otra alternativa que plantearse la introducción de nuevas obligaciones fiscales, un impuesto de la renta o sobre las propiedades", fue su polémica sugerencia.

La indignación es grande en un territorio que se vanagloria de no imponer contribuciones directas. Tras este consejo británica, el jefe de gobierno de las islas, William McKeeva Bush, se apresuró a prometer que hará "todo lo posible para superar estos tiempos turbulentos" sin dañar el turismo ni el sector financiero.

Los empresarios no creen que la amenaza sea inminente. "Los impuestos son sólo una sugerencia", declaró Charles Jennings, de la consultora Maples and Calder, al diario Financial Times. "No hay absolutamente ningún indicio" de que se impondrán tasas fiscales a los fondos o el sector "offshore", agregó.

El Gobierno hizo declaraciones en el mismo sentido este viernes y subrayó que no hay "ninguna necesidad" de introducir impuestos directos, porque la industria de las finanzas volverá a florecer. "Las Islas Caimán se beneficiarán de la recuperación mundial", se indicó.

Indignación con Londres
En todo caso, en las Caimán crece la indignación por la actitud de Gran Bretaña, responsable de su antigua colonia aunque ésta tenga una amplia autonomía. Existe "una obligación legal de actuar en favor de las Islas Caimán", subrayó Anthony Travers, de la Asociación de Servicios Financieros del archipiélago.

Desde Londres lo que preocupa es que otros paraísos fiscales bajo su tutela atraviesen crisis similares. Por ello, el Ministerio británico de Exteriores ha enviado al parecer una advertencia a la isla de Anguilla para que controle sus finanzas públicas.

Han saltado las alarmas, pero el gobierno de las Caimán busca convencer de que una "quiebra nacional", como anunciaba recientemente el rotativo británcio The Guardian, podrá evitarse.

"Tenemos más valores patrimoniales que deudas", aseguró Bush y aclaró que los proyectos de infraestructuras también han contribuido al endeudamiento, informó la agencia DPA.

"Nos salvaremos, tenemos las mismas posibilidades de hacerlo que Gran Bretaña o cualquier otro país", concluyó. Sin embargo, las dudas sobre cómo arreglará el déficit local sin cobrar impuestos o contraer deuda hacen que la idea de la bancarrota no termine de diluirse en el horizonte de las Islas Caimán.

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