viernes, 3 de junio de 2011

Derribando mitos Nro.2: Los Pingüinos no se cae por mirar aviones

Existe una “leyenda urbana” (aunque mejor habría que decir “mito antártico”) que afirma que, cuando los pingüinos miran hacia arriba cuando oyen pasar un avión, siguen la linea de vuelo del aparato inclinando la cabeza hasta que, cansados sus cuellos de sostener tan incómoda posición, pierden el equilibrio y caen al suelo de espaldas, condenados a revolcarse sin que nadie se acerque para ayudarlos a incorporarse y, a la postre, muriendo entre insufribles estertores de incomodidad.
Esta especie de mito data de 1982, cuando los pilotos británicos de la RAF que hacían pasadas sobre las Malvinas en la guerra del archipiélago presuntamente observaron el fenómeno al sobrevolar las colonias de pingüinos. Estos pilotos afirmaban que las aves caían a su paso, ya que levantaban la cabeza para localizar los aviones y, a continuación, les vencía la gravedad cayendo de espaldas por miles, como si fueran fichas de dominó.
Desde entonces, muchos han creído que los pingüinos se caen de espaldas por mirar pasar los aviones. No fue hasta 2001, en que a unos científicos británicos fueron enviados a la Antártida, cuando se intentó desmontar este mito de la ornitología popular. Durante cinco semanas, un equipo de la British Antarctic Survey (BAS) a bordo del rompehielos Endurance estuvo supervisado 1.000 pingüinos rey en la isla de Georgia del Sur, mientras helicópteros Lynx hacían pasadas por encima de ellos como parte de unas prácticas militares.
El equipo de la BAS grabó en vídeo el comportamiento de los pingüinos ante los helicópteros sobrevolando a diferentes alturas. Se filmó a dos colonias de estas aves, antes, durante y tras el paso de los vuelos; y las grabaciones fueron analizadas después en la sede central de la agencia en Cambridge.
La conclusión fue que el impacto de los vuelos militares sobre las poblaciones de pingüinos puede hacer que los animales se tambaleen un poco, pero sin llegar a perder la posición vertical. “A medida que la aeronave se acercaba, las aves se quedaban en silencio y dejaban de llamarse los unos a los otros; los pingüinos adolescentes que no estaban en sus nidos también comenzaron a caminar lejos del ruido. Instinto animal puro”, afirmaba el investigador principal de aquella misión, el británico Dr. Richard Stone.
La conclusión no pudo por más que ser concluyente: los vuelos de más de 305 metros (1.000 pies) causan “sólo efectos leves y transitorios” en los pingüinos rey; nada de volquetes mortales con la capacidad de diezmar una especie. En realidad, la investigación fue motivada por el temor a que los patrones de reproducción de los pingüinos pudieran ser alterados por la actividad de las aeronaves en la región.
Fuente: http://www.yorokobu.es/de-profesion-levantadora-de-pinguinos-que-se-caen-de-espaldas/

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