Se compra 6,5 toneladas de sal para especular con la crisis nuclear y ahora se las tiene que “comer”
Ya saben lo que dicen los chinos: crisis=oportunidad. Fue el segundo elemento de la igualdad el que más influyó para que un hombre chino de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, comprara 6,5 toneladas de sal durante el período de psicosis nuclear de estos días, que agotó las existencias de sal yodada de los comercios de la región.
Al parecer, se alimentó en esos días la creencia de que hinchandose a viandas en salmuera, los chinos podrían capear los efectos de la radioactividad que alguna vez pudiera llegar desde Japón. El hombre, apellidado Guo, se fió de un rumor que circulaba que “podría haber una escasez de sal durante seis meses”, así que se apresuró a los centros de abastos en Wuhan para encontrarse con la compra de sal en pleno apogeo, con un aumento del precio hasta en un 85 por ciento.
En una loca carrera sacó sus ahorros y ordenó la compra de 6,5 toneladas de sal, que tres camiones le transportaron al pequeño apartamento de 20 metros cuadrados que tenía en alquiler. La sal más los gastos de envío le costaron 27.000 yuanes (unos 3.000 €) y las 260 bolsas le ocuparon más de la mitad del espacio de su vivienda temporal.
Sin embargo, unos días después, la televisión HAH informaba que el Gobierno desmentía el rumor de la sal como bálsamo nuclear, lo que condujo a una rápida caída del precio en el mercado de este producto.
Cuando Guo trató de dar salida a la sal de su apartamento, aún con evidentes pérdidas por el desplome de los precios, resultó que era imposible trasladarla, porque no tenía licencia de transporte de sal, ahora bajo un estricto control gubernamental.
Para colmo, entre tanta sal había perdido el recibo de compra, por lo que cuando acudió al vendedor a reclamar, este le dijo que no podía vender mercancias ilegales. Qué salao este Guo, intentando devolver la sal sin factura…
Fuente: http://blogs.lainformacion.com/strambotic/2011/03/26/sal-yodada/
Ya saben lo que dicen los chinos: crisis=oportunidad. Fue el segundo elemento de la igualdad el que más influyó para que un hombre chino de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, comprara 6,5 toneladas de sal durante el período de psicosis nuclear de estos días, que agotó las existencias de sal yodada de los comercios de la región.
Al parecer, se alimentó en esos días la creencia de que hinchandose a viandas en salmuera, los chinos podrían capear los efectos de la radioactividad que alguna vez pudiera llegar desde Japón. El hombre, apellidado Guo, se fió de un rumor que circulaba que “podría haber una escasez de sal durante seis meses”, así que se apresuró a los centros de abastos en Wuhan para encontrarse con la compra de sal en pleno apogeo, con un aumento del precio hasta en un 85 por ciento.
En una loca carrera sacó sus ahorros y ordenó la compra de 6,5 toneladas de sal, que tres camiones le transportaron al pequeño apartamento de 20 metros cuadrados que tenía en alquiler. La sal más los gastos de envío le costaron 27.000 yuanes (unos 3.000 €) y las 260 bolsas le ocuparon más de la mitad del espacio de su vivienda temporal.
Sin embargo, unos días después, la televisión HAH informaba que el Gobierno desmentía el rumor de la sal como bálsamo nuclear, lo que condujo a una rápida caída del precio en el mercado de este producto.
Cuando Guo trató de dar salida a la sal de su apartamento, aún con evidentes pérdidas por el desplome de los precios, resultó que era imposible trasladarla, porque no tenía licencia de transporte de sal, ahora bajo un estricto control gubernamental.
Para colmo, entre tanta sal había perdido el recibo de compra, por lo que cuando acudió al vendedor a reclamar, este le dijo que no podía vender mercancias ilegales. Qué salao este Guo, intentando devolver la sal sin factura…
Fuente: http://blogs.lainformacion.com/strambotic/2011/03/26/sal-yodada/
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