1. Traten de zafar rápido
En la mayoría de los casos, un humano puede escapar de los tentáculos de un pulpo chico o mediano solo nadando con fuerza. Naden en dirección opuesta. Si ven que no funciona, y son atraídos nuevamente para el lado del pulpo, pasen al paso siguiente.
2. No se pongan blanditos
Los pulpos son curiosos por naturaleza y los van a revisar si son comida o no antes de soltarlos. Igualmente, igual que casi todos nosotros, los pulpos se cansan rápido, así que nunca dejen de hacer presión inversa para escapar. Seguramente los deje ir, sólo para evitarse la molestia.
3. Hagan todo lo que puedan para que los tentáculos no les agarren los brazos
Inicialmente, el pulpo se va a agarrar de un coral o una roca y va a agarrarlos con uno o dos tentáculos. Cuando los tengan atrapados, ahí sí van a aplicar más tentáculos. Una vez hecho esto, los van a arrastrar hasta su boca. Hagan todo lo que puedan por que el pulpo no los agarre de los brazos, porque las chances de pelearla se vuelven escasas.
4. Despeguen las sopapas de su cuerpo
Usando las manos, empiecen por la punta del tentáculo y comiencen a subir, sacándose las sopapas del cuerpo. Una vez que le suelten un tentáculo, denle una roca, o tambla de surf o cosa dura que encuentren para que se entretengan.
5. Despueguen al pulpo de su “ancla”
Usando los métodos del punto anterior, despegen al pulpo del coral o la roca a la que está adherido. Los pulpos se sienten inseguros una vez “desanclados”, así que lo más probable es que huyan nadando.
6. Den vueltas en el agua
Sí, como Esther Williams. Si se zafaron de un par de tentáculos, pero hay un par más que los tienen agarrados, naden en círculos. Esto lo va a hacer perder la paciencia y soltarlos.
7. Naden para la superficie
Los pulpos odian apasionadamente el aire. Porque, en general, cuando están en contacto con el, terminan en Chichilo, acompañados por arroz. Los pocos tentáculos que los tienen agarrados, los van a soltar ni bien crucen la superficie acuática.
En la mayoría de los casos, un humano puede escapar de los tentáculos de un pulpo chico o mediano solo nadando con fuerza. Naden en dirección opuesta. Si ven que no funciona, y son atraídos nuevamente para el lado del pulpo, pasen al paso siguiente.
2. No se pongan blanditos
Los pulpos son curiosos por naturaleza y los van a revisar si son comida o no antes de soltarlos. Igualmente, igual que casi todos nosotros, los pulpos se cansan rápido, así que nunca dejen de hacer presión inversa para escapar. Seguramente los deje ir, sólo para evitarse la molestia.
3. Hagan todo lo que puedan para que los tentáculos no les agarren los brazos
Inicialmente, el pulpo se va a agarrar de un coral o una roca y va a agarrarlos con uno o dos tentáculos. Cuando los tengan atrapados, ahí sí van a aplicar más tentáculos. Una vez hecho esto, los van a arrastrar hasta su boca. Hagan todo lo que puedan por que el pulpo no los agarre de los brazos, porque las chances de pelearla se vuelven escasas.
4. Despeguen las sopapas de su cuerpo
Usando las manos, empiecen por la punta del tentáculo y comiencen a subir, sacándose las sopapas del cuerpo. Una vez que le suelten un tentáculo, denle una roca, o tambla de surf o cosa dura que encuentren para que se entretengan.
5. Despueguen al pulpo de su “ancla”
Usando los métodos del punto anterior, despegen al pulpo del coral o la roca a la que está adherido. Los pulpos se sienten inseguros una vez “desanclados”, así que lo más probable es que huyan nadando.
6. Den vueltas en el agua
Sí, como Esther Williams. Si se zafaron de un par de tentáculos, pero hay un par más que los tienen agarrados, naden en círculos. Esto lo va a hacer perder la paciencia y soltarlos.
7. Naden para la superficie
Los pulpos odian apasionadamente el aire. Porque, en general, cuando están en contacto con el, terminan en Chichilo, acompañados por arroz. Los pocos tentáculos que los tienen agarrados, los van a soltar ni bien crucen la superficie acuática.
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