Según los miembros del parlamento sueco, es ilegal organizar cualquier tipo de baile en un lugar público sin disponer de un permiso expreso.
Además, la ley en Suecia establece que todos los bailes tienen que organizarse de alguna manera. Esto crea molestias a los dueños de los negocios que no pueden o no han obtenido permisos de baile para su establecimiento, pues si un cliente espontáneamente se pone a bailar en su bar sin disponer de los permisos pueden recibir una multa.
Según los defensores de la prohibición, la ley se conserva para mantener la seguridad pública. Según la policía, el baile crea desorden y puede llevar a mala conducta y peleas.
En 2012, Anders Varveus, dueño de un club nocturno convocó una gran manifestación con más de 1.000 defensores del baile en las calles y ahora planea continuar con las movilizaciones.
“En primer lugar, es una cuestión de libertad personal. Si alguien desea mover su propio cuerpo eso no puede ser asunto de la regulación. Además, ¿Cuál es la definición de la danza? Una vez que usted comienza a moverse, ¿cómo sabes cuando has pasado de la raya? Es gracioso, de verdad”
Esto sucede en un país super avanzado como es Suecia, un supuesto “ejemplo de orden y prosperidad” para todo el mundo, que muchos creen que debería ser imitado.
Este caso tan anecdótico demuestra que en todos los paises del mundo tenemos el mismo problema: estamos gobernados por auténticos dementes obsesionados con el control.
¿Por qué nadie impulsa, de una vez por todas, que se realicen exámenes psiquiátricos a los gobernantes?
¿Sabes si el presidente de tu gobierno ha superado un test psicológico o un examen psiquiátrico?
¿Por qué para conducir un ciclomotor o un coche se nos somete a tantas pruebas y exámenes y sin embargo, para conducir una nación entera no se somete a ninguna prueba previa?
Estas son preguntas que todos deberíamos empezar a hacernos, ¿no?
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