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Un tribunal holandés ha determinado ahora que el despido fue una medida excesiva y que hubiera bastado con “un aviso por escrito” a la empleada díscola: “El despido fue una medida muy severa. Sólo era una loncha de queso“, se puede leer en la sentencia. Además, el tribunal condena a la cadena de hamburguesas a pagar a la ex trabajadora 4.200 euros por los cinco meses de contrato que dejó de cumplir.
Pero McDonald’s no está conforme con la pena ni con el razonamiento del juez. Según la multinacional, la camarera -que estaba empleada en un local (”restaurante”, le dicen) en la ciudad de Lemmer- había quebrado previamente las normas de la empresa, que prohíben hacer regalos a los familiares, amigos y compañeros. Lo cual incluye los tranchetes.
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