sábado, 30 de abril de 2016

Habría cambiado tu vida recibir una carta de John Lennon? (Steve Liston/Danny Collins)

Cuestionarse si nuestra vida podría haber sido diferente de haber tomado otros derroteros es un tópico, no únicamente para toda persona reflexiva, sino también en la misma ficción, sea literaria o cinematográfica. Pero resultan interesantes las proposiciones en las que esa cuestión se plantea y, además, el elemento que la ocasiona demuele los muros de lo cotidiano para un personaje y le empuja de hecho a cambiar su vida. Nada nuevo, en cualquier caso, pero algo atractivo si se lleva con cierta habilidad; lo cual es precisamente lo que ha conseguido el guionista estadounidense Dan Fogelman en su debut como director, Danny Collins (2015), una humilde película de redención.
danny collinsSteve Tilston es un cantautor y guitarrista inglés nacido en Liverpool, como John Lennon, en 1950, una década después de este último. A los veintiún años grabó su primer álbum, An Acoustic Confusion (1971), y se reveló como una promesa de la música que con el paso del tiempo, pese a dedicarse a ella toda su vida, no ha conseguido excesiva repercusión dentro o fuera de su país, aunque es respetado en la escena folk británica, con un estilo que mezcla la música clásica con el folk inglés e irlandés.
Durante los primeros años ochenta, actuó en un club de folk londinense de New Kings Road con el escocés Bert Jansch, y grabó In For A Penny, in For A Pound(1982), un desacostumbrado disco de rock. En 1985 se fue de gira con el Ballet Rambert, una influente compañía inglesa de danza clásica en sus inicios y contemporánea en la actualidad, cosa que volvió a hacer a comienzos del nuevo siglo. Y en 1987 creó su propio sello discográfico, River Run, como en 1995 fundó Hubris Records.
A lo largo de su carrera ha grabado una veintena de discos, atreviéndose alguna vez con el jazz melódico; actuó frecuentemente con la cantante inglesa Maggie Boyle, ya fallecida, durante los años noventa, y con la banda The Durbervilles desde 2010. Su álbum Of Moor and Mesa(1992) obtuvo buenas críticas en Estados Unidos, y la Thomas Paine Society, dedicada a dicho escritor revolucionario estadounidense, seleccionó su composición “Here’s to Tom Paine” como su canción oficial.
Su música ha sido grabada por los reputados Dolores Keane, Peter Bellamy, Bob Fox, Fairport Convention, The House Band, North Cregg, John Wright y otros, y en sus discos recopilatorios han contribuido sus colegas Ralph McTell, Wizz Jones y Coope, Boyes and Simpson. Y en febrero de 2012, el tema que da título a su álbum The Reckoning ganó el premio a la Mejor Canción Original en los BBC Radio 2 Folk Awards.
Pero fue en 2005 cuando se vio obligado a hacer un viaje al pasado, al año en que grabó su primer álbum en Bristol. La revista ZigZag le había hecho una entrevista en 1971, durante la que expresó su miedo a que saltar a la fama y conseguir montañas de dinero, de ocurrir, pudiera afectar de mala manera a su música. Y un lector asiduo de la revista se topó con aquellas declaraciones y se decidió a escribirle una carta para tranquilizarle, desearle buen porvenir e incluso ofrecerse a echarle una mano. Pero Tilston no supo de esta carta hasta treinta y cuatro años más tarde, lo cual no tendría mayor relevancia si no fuese porque ese lector era John Lennon.
El archiconocido cofundador de The Beatles, asesinado por el desequilibrado Mark David Chapman en 1980 frente al edificio Dakota de Nueva York, le decía a Tilston en aquella carta que la fama y la riqueza no cambian el modo en que uno ve las cosas importantes de la vida; además, le facilitaba su número de teléfono por si quería llamarle algún día y hablar del asunto.
Tilston contó en agosto de 2010, durante una entrevista para un diario británico acerca de su música y de la publicación de su novela All For Poor Jack, que un coleccionista se había puesto en contacto con él en 2005 para verificar la autenticidad de la carta, aquella que Lennon había enviado a ZigZag para que se la hiciesen llegar. Pero la revista había quebrado poco después, y nunca se la remitieron.
“La única diferencia [de ser famoso y rico]”, había escrito Lennon, “básicamente, es que no tienes que preocuparte por el dinero (comida, techo, etcétera). Pero todo lo demás, las emociones, las relaciones, son iguales que las de cualquiera. Lo sé. Fui rico y pobre, y también lo fue Yoko. Entonces, ¿qué piensas sobre eso?”. Y bajo esa pregunta era donde había garabateado su número de contacto.
No es difícil imaginar el absoluto asombro de Tilston al enterarse de que John Lennon quería charlar con él cuando sólo tenía veintiún años. “Fue un torbellino de emociones mezcladas; el enojo y la frustración estuvieron muy presentes”, recuerda. “Lo habría llamado, no cabe la menor duda. Pero la vida de todos está plagadas de esos «qué habría pasado si…», y son puras conjeturas. Lo irritante es que nunca tuve la oportunidad de enterarme, así que definitivamente es un caso de «el camino no transitado», y no por decisión mía”.
Fue entonces cuando Dan Fogelman, que hasta entonces sólo tenía en su haber guiones como los de la emocionante Cars(2006), la risueña Bolt (2008), la anacrónica Tangled (2010) o Crazy, Stupid, Love (2011), habló con Tilston de utilizar este detalle de su biografía para su primera película como director. “La carta no es ni remotamente la cosa más importante en mi vida”, asegura el músico. “Esa es la única conexión real [de la película] con ella. Lo demás es ficción pura”.
Mejor para él de ser así, porque Danny Collins trata sobre un viejo rockero estadounidense que, pese a su edad, aún lleva una rutina de excesos. Pero esto cambia cuando descubre que Lennon le escribió esa carta que no había sido entregada, y la impresión que esto le produce le empuja a dar un volantazo radical a su vida en varios aspectos.
Fogelman está atento para utilizar las cosas pequeñas, los objetos que rodean al protagonista y que este usa, como fuente descriptiva de sus hábitos y existencia, así que se sirve de no pocos planos de detalle, sobre todo al principio, cuando se reserva unos minutos antes de mostrar el rostro de Collins, el del intachable Al Pacino, que casi siempre actúa como si su trabajo fuese una diversión cotidiana, resultando muy creíble la mayor parte de las veces, y este es el caso.
Bobby Cannavale y Jennifer Garner cumplen bien con su cometido encarnando a Tom y Samantha Donnelly, pero los mejores diálogos del guion que el propio Fogelman ha escrito se los reserva para las conversaciones que Collins mantiene con su manager y amigo Frank Grubman, un eficaz Christopher Plummer, llenos de una sencilla chispa no exenta de la mala baba más cínica y sincera; y no están mal las juguetonas pláticas de Collins con una innegociable Annette Bening como Mary Sinclair.
Pero se trata de una historia convencional de redención, quizá a veces un poco caprichosa, con los vaivenes del camino que todos conocemos en esta clase de narraciones, y no se sale de la pauta más que establecida ni arriesga un ápice en ningún momento. Y, sin embargo, con amabilidad, un sentido del humor de lo más natural que arranca alguna que otra carcajada y ni una sola virguería, el filme consigue lo que se propone: llevarnos al huerto de la empatía y la emotividad, y atrapa nuestras emociones sin estridencias, con un par de montajes musicalizados de avance resumido y las canciones que corresponde al protagonismo de un músico popular.
Lo cierto es que Fogelman podía haberse lucido un poco en el último instante si nos hubiera brindado un final abierto, pues la estimable escena de cierre que había escrito se prestaba francamente bien a hacerlo sin que chirriara lo más mínimo, y además así se lo podría calificar de honesto por elegir el camino de en medio entre dos posibilidades muy vistas. Por suerte, eso no aniquila la agradable comedia dramática que ha construido, lo cual, de todos modos, era difícil gracias al talento y las tablas del gran Al Pacino. Steve Tilston, el verdadero Danny Collins, puede estar satisfecho.
Fuente: http://hipertextual.com/2016/03/steve-tilston-el-verdadero-danny-collins

sábado, 23 de abril de 2016

Curiosidades Nro.17: Una empleada doméstica ganó un concurso internacional de arquitectura en Brasil

La casa de una mujer de 74 años fue premiada como el mejor edificio en una competición mundial de diseño arquitectónico.
Una empleada doméstica ganó un concurso internacional de arquitectura en Brasil
La simplicidad y la funcionalidad son los valores que más resaltan en el paradigma arquitectónico posmoderno que hoy predomina en el mundo. Bajo esos preceptos estaba construida la casa de Delvina Borges Ramos, una empleada doméstica de 74 años.


El hogar de la brasileña se quedó con un reconocimiento del Arch Daily, el estudio de arquitectura más famoso del globo. La casa de Delvina, según el estudio, unió modernidad, comodidad, buen gusto, bajo presupuesto y se construyó en muy poco tiempo.

La mujer compró la casa del barrio paulista de Vila Matilde hace 25 años y resistió una tormenta que voló parte del techo de la morada, sin derrumbar sus paredes ni sus cimientos, lo que comenzó a destacar entre la atención de la gente.

Afortunadamente, Dalvina tenía dinero ahorrado junto a su hijo Marcelo Borges, con quien decidió remodelar la casa. Contrataron al estudio Terra e Tuma, que aconsejó demoler lo que quedaba y volver a construir, lo que dio como resultado la vivienda galardonada.
Fuente: http://www.diarioveloz.com/notas/159438-una-empleada-domestica-gano-un-concurso-internacional-arquitectura-brasil